Las arquetas destinadas para saneamiento tienen como misión hacer de depósito para recibir, enlazar y distribuir canalizaciones o conductos subterráneos. Estas suelen estar enterradas y normalmente van cubiertas con una tapa en la parte superior para que puedan ser registradas y poder limpiar el interior para su mantenimiento periódico.
También fabricamos arquetas separadoras de grasas, las cuáles se utilizan para evitar que se viertan productos grasos en la red general y se sitúan anterior a ésta. Se forma por dos tubos introducidos en el compartimento a distintas cotas, de modo que los elementos grasos más ligeros no pasan, quedando así retenido en la parte superior. Las grasas más pesadas quedan decantadas en la base de la arqueta, por lo que deben tener una limpieza periódica debido a la función que cumplen en la red de saneamiento.